All you need is love...

viernes, 29 de febrero de 2008

Londres de nuevo... I

En enero hice un viajecito de un día y medio a Londres. Mis días de descanso son entre semana, eso es muy triste porque cuando todos trabajan yo estoy en casa sola. Más triste es pensar que el viernes es mi lunes. Aquel día de descanso fui a Londres... ya sea para pensar, para caminar, para vivir, para lo que sea, en Londres siempre hay algo que hacer y que ver. Ese día estuvo soleado y muy frío. Aquí unas fotos...



El primer parquesito al que llegué, cerca de Trafalgar Square

St. Paul Church


A orillas del Tamesis

En el Tamesis


Araña gigante fuera del museo de arte moderno "Tate Moderm"

sábado, 23 de febrero de 2008

La lengua de Plutarco

Hace unos meses, en la desesperación de no estar haciendo nada referente a mi carrera (Historia), estuve pensando en que hacer para no dejar de lado la investigación y en general: el oficio de historiar. Así, entre la melancolía de no estar ejerciendo la carrera, de pensar que muchos de mis compañeros tampoco lo estaban haciendo, nació la idea de poner un blog en donde se pudieran subir tanto trabajos de investigación, temas relacionados no tan solo con la historia, sino con la literatura, filosofía, política y las artes y cultura en general, el punto era no perder el hilo de la investigación. En un principio el blog se pensaba que estaría enfocado aquellos compañeros que no estaban ejerciendo la carrera, como ya lo expliqué, pero ahora la invitación se hace extensa para todos aquellos que quieran expresar una opinión, crítica o reflexión sesuda.

Así pués con la ayuda de mi buen amigo Ulises, desde la Cuidad de los Palacios, se armó la idea y él lo bautizó como: La lengua de Plutarco. Ahora se anexó otro buen amigo y espero seguir recibiendo la colaboración de mucha más gente.

De esta manera los invito a leer el nuevo proyecto-blog: La lengua de Plutarco.

jueves, 7 de febrero de 2008

El cine.

Dice Luis Buñuel en sus memorias que el cine es hipnótico porque nos predisponemos a entrar en una sala completamente oscura a ver una proyección de imágenes que nos crean sentimientos. Es entrar en un proceso de hipnosis.

He sido amante del cine no se desde hace cuanto tiempo, no sé cuando me di cuenta de eso. Recuerdo ir al cine desde pequeña y mi madre tanto como mis hermanas no dejan de recordar el día que me llevaron a ver Caty la oruga, pues después de hacer filas y filas para entrar, a media película me quise salir porque comencé a llorar. Aun recuerdo que lloré porque las abejas pusieron a trabajar mucho a Caty y eso me hizo estallar en llanto, ja! Recuerdo mucho aquella película llamada Calacán, que verdaderamente me hizo creer que había un mundo en donde la gente no tenía piel, todos eran esqueletos. No olvido cuando mis papás nos llevaron a ver La mosca o más cercana nuestra memoria Parque Jurasico. Como olvidar la película que creo yo que a mis 15 años me cambio el mundo: Trainspotting, pues pienso yo que esa película cambio la brecha generacional. Aun y sobre muchas otras que he visto y apreciado Trainspotting es y seguirá siendo mi preferida. Con el tiempo se me fue formando un criterio más selectivo, así amé las películas que te conmueven hasta el alma y me hice gran amante del cine de arte. Siendo sincera no soy clavada con los directores y tipos de películas, solo sé algunas cosas, pero es un placer indescriptible ver una buena película.

Disfruto tanto de ver una cinta, que sé bien lo que es entrar a un cine sola, sin las ruidosas palomitas y sin escuchar absolutamente ningún comentario, abrir los cinco sentidos y ver las imágenes, así recuerso mucho In the mood of love, en la sala del cine de la FES Acatlán o un clásico: Clockwork Orange, que la vi de nuevo en el cubículo del CGH en la agradable compañía de Judith. Así podría enumerar las visitas al Fósforo y la Cineteca Nacional. Después como olvidar otras películas que no tan solo te hacen recordar las historias, hay veces que me gusta recordar que hice saliendo del cine para recordar que me hizo sentir la película.

Definitivamente debe de existir una pareja exacta con la que debes de ir al cine, con la que hagas un debate acerca de la cinta que viste, que quede prensado de las imágenes, que sienta y se emocione, así que desde hace mucho tiempo disfruto de la pareja perfecta y después de ir muy seguido al cine en México, llegando al UK, pues ya no era tan fácil por cuestiones monetarias, pero desde hace varios meses regresamos, pues no es lo mismo ver una película en la computadora, y fue bastante placentero regresar a la oscuridad de la sala y empezar el proceso hipnótico.

Todo este post, tan grande se debe a que ayer vimos No country for old men y traigo la cabeza llena de recuerdos de la película, digamos que me gusta sentir esta pesadez de una película, pues quiere decir que estuvo tan fuerte que impactó tanto en mi cerebro que a casi 24 hrs de verla sigue en mi cabeza… Puedo cerrar la escritura de esto declarando que amo el cine, si pienso como dice García Riera que es mejor que la vida y como dicen otros tantos teóricos cómo Marc Ferro, que no hay películas malas porque todas son producto de una realidad cultural que se vive en cierta época… pero también me gusta pensar que nosotros somos los actores principales de nuestra película personal.