All you need is love...

sábado, 24 de noviembre de 2012

Nada en especial...

Muchas cosas han pasado en este tiempo... Ya tendré tiempo y sobre todo ganas de escribirlas... 

Viendo otros videos, encontré este de David Guetta... Me pareció irónico...

http://youtu.be/N1peSsPubpw

miércoles, 22 de agosto de 2012

Cómo cambian las cosas...

De un momento a otro, todo cambió. No  me quedé en la maestría, no me dieron más grupos en el CCH, así que no pude renunciar al Montessori. Intenté quitarme carga de trabajo del Montessori, para poco a poco ir emprendiendo la huida y que finalmente este ciclo que apenas comienza, sea el último, y resultó peor, ahora tengo más chamba y quizá más compromiso... Después de mantener una pelea con la directora por los cambios de horario que tuve que proponer por una clase que me dieron en el CCH, quedé como la mala, la que no tiene interés por la escuela. Ahora ya se acerca cada vez más y más, a menos de 15 días de viajar a Argentina al Congreso Internacional de Historia Oral y no sé como recordarle a la bruja de la directora que ya ya le había pedido permiso que ya había dicho que sí... Pero para cerrar con broche de oro mi estrés, siempre si me van a operar, me quitarán los miomas... me da miedo y al mismo tiempo me preocupan la chamba, el congreso y la operada... en momentos como estos solo quisiera estar en una isla solitaria para no pensar... Ahora puedo ver claramente que la causa de esta preocupación es esa directora y ahora si creo que tengo un karma con los jefes malos. Buena razón para ahora si decidirme a dejar esta chamba.

Cómo cambian las cosas de un momento a otro... así es la vida, de sorpresiva, y preocupante. 

PD. Lo bueno, es que si estoy emocionada por conocer Argentina! Hace mucho tiempo que no me subo a un avión y  volver a sentir la emoción de saber que al paso de unas horas estarás en otro lugar...

martes, 29 de mayo de 2012

Incertidumbre...


Hace algunos meses inicié el proceso de aplicar a la maestría en Historia en CU. El miércoles de la semana pasada tuve la entrevista que decidirá si me quedo  o no.  Pasaron muchas cosas en el proceso, creo que voy por buen camino, pero el destino aun se puede modificar. Tengo mucha incertidumbre...

Tengo claro que ya no quiero estar en el Montessori y no por los niños, sino por los adultos (y también por algunos adolescentes…) Pero más que nada es porque no es lo mío, desde que inicié la carrera me veía con una maestría y un doctorado, escribiendo y realizando investigación, dando clases, pero no a nivel secundaria. Por eso entrar al CCH significó mucho para mí, mucha alegría y sentirme libre al dar una clase.

Tengo una mezcla entre el miedo y la incertidumbre. Miedo porque no sé como venga la vida en los próximos meses e incertidumbre porque ya quiero que se acerque la fecha de los resultados y al mismo tiempo no quisiera saber que voy hacer si el resultado  es negativo… Será la tercera vez que aplico a la maestría y no quiero fallar….

¡¡¡Ayyyyy!!! ¡Qué terrible es sentirse así! Me terapeo diciéndome que sea lo que sea que pase, será bueno por una razón que después veré y de repente, me desespera no saber qué pasará.

Si termino este escrito con una frase llena de vibras positivas, sería una hipócrita, mejor le pongo un punto final y a continuar mientras llega la hora de los resultados.  

miércoles, 15 de febrero de 2012

Querida maestra Rosalía...

Lamento no haberla ido a visitar antes. Creo que llegar a tiempo en las despedidas de cuerpo presente no son lo mío.
Desde que vi la foto, la última publicada en Facebook, reconocí ese semblante, esa mirada de los que pronto se irán… ya pasé por ahí y simplemente lo sabía…
Hoy fui a su velorio, estuvo lleno de gente, mucha gente, muchas flores, muchos reencuentros y recuerdos. Vi a los maestros de la carrera, a los compañeros, a la pequeña Xime, muy tranquila. Y me dio gusto. No fue el mejor momento para juntarse, pero alrededor suyo siempre han surgido encuentros llenos de emociones y este no tendría por que ser la excepción.
Hace más de un año que fue la última vez que nos vimos, aquí donde hoy le escribo, en la pequeña sala de mi casa, cuando apenas nos habíamos mudado para La Roma. Recuerdo bien, que comimos en el “Corazón de Árbol” y caminamos por el mercado de Medellín y me mostró la casa donde vivió sobre la calle de Coahuila al igual que yo y me regaló un jarrón. Estuvo en mi espacio y me llenó de orgullo verla sentada en la sala de mi casa, platicando de todo y de nada, porque nunca me imaginé que la mujer que tanto admiraba estuviera ahí.
Antes de eso, como usted lo mencionó, fue la prestanombres de mi tesis, pues recuerdo que mientras estábamos en la comida les dijo a todos que yo había llegado con la tesis hecha y que usted no tenía ningún mérito en esa empresa. Y como olvidar las pláticas en su cubículo, así como el café y las arracadas en el Jaquemir.
Tantos recuerdos me remiten al día en que abrí mi computadora y estaba un mail suyo que había traspasado los océanos. A partir de ese día supe que el destino nos puso ahí a las dos para continuar con la historia que se cruzó al paso de más de 3 años de no saber la una de la otra.
Recuerdo también, aun causándome sorpresa, el día que la conocí, en el 3er semestre de la carrera, cuando nos dijo que el día tenía 24 horas y nosotros necesitábamos leer 25 horas. En aquel semestre me cuestioné profundamente quedarme en Historia o cambiarme de carrera, sentí que no servía para eso, pero al paso del tiempo, a través de sus comentarios supe que se necesitaba amar la carrera.
Mi admiración hacia usted creció tanto, cuando nos invitó a la premiación de los Premios INAH, en donde ganó a mejor tesis de maestría. Mi inseparable amiga Judith y yo la fuimos a felicitar al Museo de Antropología e Historia y nos llenó de orgullo saber que nuestra maestra había ganado dicho premio.
Recuerdo también aquel seminario de cultura Mexicana en donde le pedí permiso para retirarme pues iba a participar en la puesta de escena del ballet de la FES- Acatlán, y por supuesto la invité. La vi entre el público. Después supe que el gusto por la danza nacía del amor que su hija también sentía por ese arte. Pensé que usted era el modelo de maestra, en donde le dan al alumno importancia a lo que dice, hace y escribe. Y así trato de ser ahora yo, como profesora frente a los muchachos.
Usted nos enseñó el amor por la lectura, el amor a la historia, siempre con esa sonrisa, siempre con una buena actitud ante las adversidades. Siempre usted, tan llena de verdad cuando platicaba algo, tan admirable y generosa con nosotros, que tan solo éramos unos estudiantes aspirando a ser como usted… algún día.
No tengo palabras para expresarle mi agradecimiento y mi admiración. Siempre recuerdo esa frase cuando me contaba que se había reunido con un historiador extranjero. Me dijo que era una persona sencilla, como las personas inteligentes, siempre sencillas. Gracias por todo lo que nos dio y por todo lo que aprendimos de usted, no tan solo como maestra, si no como ser humano.
Hasta siempre, mi querida maestra Rosalía…