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jueves, 14 de julio de 2011

De como entre a trabajar en el CCH-Naucalpan...

Hace unos mese, recibí la llamada de una mujer que fue mi maestra en la universidad. Me llamó básicamente para decirme que si quería dar clase 4 horas de lunes a jueves en el CCH- Naucalpan, se las habían ofrecido a ella, pero el tiempo completo que tiene en la FES- Acatlán no se lo permitía. De inmediato dije que si, sin dudarlo, pues esa era la oportunidad que tanto esperaba y como estas solo llegan pocas veces, hay que tomarlas.

Entré al CCH- Naucalpan a cubrir a un profesor que estaba enfermo. Los chavos ya tenían un mes sin clase de Historia Moderna y Contemporánea II. Así que un jueves entregué papeles y el lunes me presentaba. Estaba sumamente emocionada y feliz, porque la UNAM ya es otro rollo, no por hacer menos al colegio donde trabajo por las mañanas, porque me ha dado de comer y me va bien, pero es un colegio en formación, así que es diferente. La otra emoción era trabajar con chavos a nivel bachillerato… Desafortunadamente algunos (eso que quede claro, solo algunos) chavitos clasemedieros aspiracionales, han sido un pain in the ass. Así que los chavos del CCH me intrigaban.

Así desde marzo comencé a trabajar con ellos y descubrí otro mundo. En primera trabajé con 4 grupos de más de 50 alumnos cada uno, (me quedó clarísimo el concepto de educación masiva), en segunda, me di cuenta que el programa es muy libre, independientemente de la libertad de cátedra, es el acceso a los materiales, el fondo de películas con el que cuenta el CCH es grandísimo y el acervo de la biblioteca también. La clase en sí, uno la puede convertir en toda una experiencia. Y aunque los chavos son como tribus que no conocen la moneda y hablan otro idioma y aparte son dominados por sus hormonas… me encontré con chavos bien críticos, que expresan opiniones muy buenas, con los amantes secretos de la historia, aunque ellos no lo sepan y eso me gustó. Otros chavos (los miedosos de perder puntos por realizar bien un resumen de 50 páginas, que no sirve de nada); como era de esperarse, se sacaron de onda, con la maestra y su manera de enseñarles historia y aunque quisieron que yo volviera a los antiguos métodos de enseñanza en donde la clase es una dictadura, terminaron por aceptar que la que tiene las listas soy yo. Y también están los desmadrozos que solo calientan el lugar, las chicas embarazadas a los 16, los emos, los hippies del 2011, los reguetoneros, los hip-hopperos que bailan break dance, etc. Es un mundo en donde los jóvenes vibran, te transmiten su energía.

Los compañeros también son otra experiencia digna de contarse. Para empezar me reencontré con un profe que me dio clase en la universidad y que fue mi asesor de tesis, de una tesis fallida que nunca se concluyó, así que me dio mucho gusto verlo de nuevo, después de tantos años, platicar con él y escuchar sus consejos porque finalmente para trabajar con los chavos, con esa cantidad de chavos hay que ingeniárselas, pues no es fácil captar su atención, sensibilizarlos y sobre todo tratar de que ellos comprendan el pasado. Después conocí a varios compañeros, sociólogos, economistas, historiadores, filósofos, que de alguna manera al entrar al Colegio de Historia (que es como la sala de maestros) me sentí por primera vez en el lugar indicado. Es diferente estar en la UNAM.

Así pues se pasaron los días y terminó el semestre y llegaron los cursos de actualización para profesores (que por cierto hay unos muy buenos) y es cuando empecé a entender que entrar a la UNAM es una maravilla, pero el quedarse depende de muchas cosas… Existe una planilla jerarquizada, para entenderla fácilmente es lo siguiente: entre más años tengas en el CCH, más derechos tienes sobre las clases y obviamente más seguro tienes tu estancia ahí. Así que después de terminadas las clases, el CCH saca boletines donde muestra una porción de grupos que no tienen maestros asignados. Uno aplica vía internet o vía escrita. A la semana salen resultados y normalmente solo salen los profes que tienen años dando clases, conocí profes que tienen hasta 38 años impartiendo clase y el CCH este año cumplió 40 de haberse creado! Después viene el segundo boletín… que es donde hasta ahora yo me quedé, aun no salen resultados hasta regresando de vacaciones… Y segura estoy que como en el primero no me tocó nada… Es decir que el profesor que entra al CCH que es nuevo, como yo, en estas semanas de vacaciones, piensa mucho en que si le asignaran grupos o no. En que su destino es aún incierto, hasta que las listas que se pegan en la Dirección marquen lo contrario…

Aun con todo… me gusta trabajar en el CCH, es toda una experiencia.