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jueves, 28 de mayo de 2009

De cómo encontramos una puerta a Bolivia

Hay muchas cosas que agradecerle a Londres, sin duda, una de ellas es el haber encontrado amigos.

He conocido mucha banda en este tiempo, una muy diferente a mi, otra muy interesante, otra muy chida, otra muy extraña. Definitivamente mis tres grandes amigas mexicanas: Lilia, Bere y Azucena fueron el apoyo total en muchas partes de mi vida, gracias a ellas, en especial a Lilia, no caí en la depresión de la soledad. Otros fueron los polacos, Tulasi y Martin. Pero por azares del destino nos hemos separado, pues una de las cosas que pasa en este país es que conoces gente y te llevas muy bien, pero se tienen que ir o uno se tiene que ir.

En el Vergel, he conocido a una banda muy chida, Alejandra y Diego de Chile, Alessandra, mitad mexicana, mitad italiana y después el buen Pablo, mitad chileno, mitad inglés. Ellos forman ahora parte de mi pequeño grupo de amigos, que veo seguido, que salgo con ellos. Nos hemos platicado nuestras penas o felicidades, pero la relevancia de verlos esta en aquellos pequeños momentos en los que podemos hacer bromas tontas o vernos y saludarnos con alegría, quedar para tomar una cerveza o simplemente esperar a que terminen su turno para comer con ellos y platicar sobre las simplezas de la vida.

Alejandra ha dejado el Vergel, era tiempo de hacerlo y con motivo de su despedida nos fuimos al pub por unas cuantas medias pintas y pintas, lo que terminó en una borrachera que finalizaría en nuestra casa. Pero el destino es sabio y en nuestro camino apareció un pub que para la ahora que era, más de la media noche, aun estaba abierto y además sonaba música mexicana. No nos costó trabajo entrar y fue como una puerta a Bolivia en pleno Londres.

Ahí estábamos entre la oscuridad y unas luces que cambiaban de color: Ugalde, Alejandra, Alessandra Pablo y yo. Estar con los hermanos latinoamericanos, como Ugalde los ha bautizado, siempre es como estar en casa, así que compramos unas cervezas, tomamos asiento y disfrutamos de las rolas que estaba cantando “un guatón” (gordo, en el caló chileno) como después describió Pablo. Mientras la música continuaba con unas rancheras, el sentimiento mexicano afloraba, yo me echaba mis gritos al puro estilo ranchero y Ugalde se animaba a cantar. Los demás amigos seguían cantando hasta que me levanté a pedir una rola que me supiera completa, porque ya me había animado a la cantada, pero no la tenían. Así que me dieron varias opciones, pero como no tenían las viejitas, solo mencionaron que tenían “Nube viajera” y fue ahí cuando Ugalde saltó a la pista con un chavo que curiosamente resultó compatriota y que vino a Londres a probar suerte con las bandas de rock. No le ha ido del todo bien y para mantenerse canta en algunos bares como en ese pub. De su ronco pecho, Ugalde se cantó “Nube viajera” y ya para no quedarme con las ganas, les hice tercera. Después de eso, se armo tremendo bailongo en donde todos saltamos a la pista. Nunca imaginé que Alesandra llevara el puro ritmo latino y que Alejandra gustara de hacer la revolución por las vías del baile y que Pablo que se la pasa escuchando R&B llevara el sabor latino. Ugalde hizo gala de las múltiples vueltas que ha aprendido y yo bailé con los hermanos bolivianos que se las da muy bien eso del baile.

Así siguió la madrugada, entre el baile, las cervezas y el ánimo de los amigos. Para esa hora ya estaba lleno el lugar aunque en su mayoría eran hombres los que estaban ahí. A lo lejos escuché un: ¡Viva México! Y en algún momento Alejandra propuso seguir la fiesta en La Bodeguita, un lugar colombiano que se encuentra en Elephant and Castle. Pero en la conciencia de Ugalde entró la prudencia de cortar la borrachera porque teníamos que salir a Gloucester al siguiente día. Así que abortamos el plan y nos despedimos.

Al siguiente día tenía dos preocupaciones en la cabeza a parte de la cruda. Una era que Alejandra andaba en la bicicleta y tenía que hacer un viaje de unos 25 minutos en bici hasta su casa y que Pablo y Alessandra quedaron de llamar o regresar a nuestra casa por si el bus tardaba mucho. Así que, como no había ninguna llamada perdida de Diego reclamando a su mujer, pensé que estaba bien y en efecto, estaba sana y salva, pues no había conocido a un a mujer que empiece a beber desde las 9 de la noche y sean las 5 de la mañana y siga en perfecto estado! Sea vino tinto o sea cerveza, ella siempre esta bien. Un día le preguntamos Ugalde y yo, que si alguna vez se había puesto borracha y contesto: Cuando tomo mucho (!!!!) Y después dijo: cuando mezclo (!!!) y la he visto beber mucho y mezclar y nada! Pablo, llegó bien y Alessandra también.

Sinceramente hacía tiempo que no me divertía tanto en un lugar y creo que todos eso estamos de acuerdo con eso. Ese pub, es una entrada a Bolivia, son de las muchas sorpresas de una cuidad como esta y la banda, es la banda, siempre chida.


Por esa razón, la próxima parada será: La Bodeguita.

martes, 5 de mayo de 2009

De cómo fuimos al G20 (Hecho muuuy pasado!!)


Cómo ustedes recuerdan Londres fue la sede la G20 el 2 de abril de este año. El día anterior asistimos a la manifestación. Salí de trabajar y no podía dejar de ir aunque sea a ver lo que quedaba de una de las manifestaciones más esperadas en Londres.

Llegué a casa me cambié y minutos antes de irme me llamó Iván y me dijo que lo esperara que el estaba en camino para ir a dar una vuelta por Bank en el centro de la manifestación.

Salimos de casa, con cámara fotográfica en mano, nos fuimos caminando porque la llamada City (así le denominan al centro financiero de Londres) estaba cerrada. Cuando cruzamos London Bridge vimos que había un éxodo de gente cruzando el puente, entre trabajadores, turistas y obviamente manifestantes. Todas las calles cercanas al Banco de Londres estaban cerradas. Finalmente llegamos al lugar de los hechos.

De antemano, ya sabíamos por las noticias y los rumores, que la manifestación había estado fuerte, que ya había algunos heridos y detenidos y que el cuerpo de seguridad era grande. Cuando llegamos al lugar, nos encontramos con un montón de banda en la calle, los homeless, estaban reunidos en los alrededores de la manifestación, tomando cerveza con singular alegría. Los policías, como siempre, con cara de buenos (sin saber que en los días siguientes, los acusaron de causar la muerte de un manifestante) y de muchos neo-hippies-etno-fashion y manifestantes reales. De las primeras impresiones fue encontrar las calles llenas de basura, había cientos de cajitas de sándwich de Marx & Spencer, Tesco y Sainsburys (principales tiendas de autoservicio), además de muchas bolsas de McDonals y bastantes latas de cerveza. Por otro lado, sabíamos que los manifestantes harían un campamento dentro del cerco de la policía que duraría toda la noche. Pues así era, había un grupo de manifestantes que estaban dentro del cerco de la policía, no podían salir a nada, ni por agua, ni al baño. Y aquellas personas que salían por algo, ya no entraban. Así fue como seguimos dando vueltas por las calles aledañas. En una de ellas vimos a la policía montada pegada junto a la pared, lista para salir a calmar a los manifestantes. Había también bastantes perros y muchísimos policías.

De las pocas cosas rudas que vimos fue en un momento en que estábamos tomando fotos cuando llegaron aproximadamente 10 policías con un chico detenido de nos mas de 20 años, lo metieron a una de las pequeñas calles cercadas y los perros comenzaron a ladrar…

La verdad es que el ambiente se sentía pesado, además de que la mayoría de los manifestantes a esa hora eran chavitos, digamos entre los 18 y 25. Seguimos caminando y nos dimos cuenta de que la seguridad era impresionante, filas y filas de patrullas de todos los tamaños y ciento de policías.

Caminamos después de ver una marcha casi apagada momentáneamente. Por las noticias supimos que ese día en la noche llegaron muchos manifestantes porque al siguiente día era la reunión principal del G20. Supimos también que hubo heridos, golpeados por policías y un muerto.

Hay gente que siempre critica el ir a manifestarse, que uno no gana nada y aun hay quien dice que quien es detenido y brutalmente golpeado se lo merece… Yo digo que nunca hay que dejarse de indignar, porque el día que eso pase, estaremos aceptando lo que sea.







Después seguimos caminando hasta las Casas del Parlamento, porque ahí se nos unía Ugalde. Pensábamos que habría otro tipo de manifestación y no fue así, pero encontramos la calle principal que lleva al Bukingham Palace lleno de banderas de México y el Reino Unido a propósito de la visita de estado.