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martes, 27 de abril de 2010

¡Ley SB1070, abajo!

Uno de los fenómenos más estudiados del siglo XXI es el de la migración. Definitivamente los aportes de la migración en el mundo son muchos, en este siglo no se puede concebir una sociedad avanzada sin inmigrantes. La integración, la eficacia económica y la dinámica multicultural dentro de la sociedad son quizá los tres mejores rasgos que tendrán las ciudades que sepan integrar a gente de varias culturas, religiones y razas.

La ley de migración de Arizona, SB 1070, que hasta donde sé es la más represiva contra los migrantes, específicamente contra los latinos, simplemente expresa el atraso de la derecha estadounidense. No es posible que ha esta distancia de tiempo un país que sin lugar a dudas mantienen una tradición de migraciones, que fue echo a base de ellas, quiera imponer una ley de esa magnitud para los migrantes indocumentados, en teoría y un constante acoso a toda aquella persona que por su color sea sospechosa de estar infringiendo la ley.

Más pena me da leer los comentarios de nuestros propios compatriotas emitidos en algunos artículos referentes a este tema en el periódico El Universal, diciendo que los estadounidenses en Arizona son libres de hacer con sus leyes lo que quieran, son los mexicanos los invasores de un territorio que no les corresponde, (pero que históricamente les correspondía, digo, yo) y que es así como se debe de actuar cuando algo ya es inaguantable en un país.

Solo hay que recordar que el fenómeno de la migración se alimenta de los siguientes factores: de una estructura productiva de escasa diversificación y extremadamente dependiente de la demanda internacional, una distribución de ingresos desigual, altos niveles de desempleo, falta de equidad social, elevada incidencia en la pobreza y degradación ambiental severa en algunos territorios y de persistir estos problemas en los países migrantes, como lo es el nuestro, persistirán las condiciones para que este fenómeno se siga reproduciendo. Lo mismo sucede del lado de los países receptores o de economías fuertes, pues mientras existan poblaciones con más adultos que gente joven se necesitará la mano de obra, por su puesto de inmigrantes, para el buen funcionamiento de sus ciudades.

Con lo anterior no intento decir que la migración sea bienhechora, si no una necesidad compleja, pues recibir a cientos de personas con otra cultura, idioma, religión, raza, etc., supone enfrentarse con problemas de racismo, discriminación, violencia y resolver otros como brindarles educación, salud y viviendas. Aun con todo una cuidad se nutre con los inmigrantes, se abren las puertas a la multiculturalidad y al estudio de otros fenómenos sociales que son productos de estas migraciones internacionales. Lo importante es que un migrante es un ser humano, que sale de su país de origen en busca de una vida mejor y como tal tiene derecho a no ser discriminado, ni perseguido por una ley, sea éste legal o ilegal.

2 comentarios:

Eleutheria Lekona dijo...

Magnífico post.

Yo dijo...

Q buen post, deberías publicarlo...!