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jueves, 10 de enero de 2008

Tres días en Alemania.

Alemania era tan lejana para mí, que ni estando de este lado del mundo pensé en conocerla. Creo que en mi mente solo existía la Alemania histórica, con sus mitos y sus verdades. Quizá esa sensación estaba en mi mente por los cursos en mi carrera, pues echar una mirada al pasado de una cuidad hermosa con todos los estilos artísticos, con tantos exponentes en la pintura para después saber que durante la segunda mitad del siglo XX, quedó hecha ruinas, sinceramente la parte de la reconstrucción no la imaginaba. Pero toda imaginación a veces es reforzada con una imagen y fue hasta cuando la vi en fotos que me di cuenta que estaba igual de hermosa como en su pasado destruido y mitificado.
Así que emprendimos un viaje veloz y como todo viaje, es emocionante por el simple hecho de saber que encontraras cosas nuevas.
Estaba haciendo demasiado frío cuando llegamos a Munich. La verdad no recuerdo cuantos grados pero me imagino que fue menos cinco o algo así. Nos adentramos al centro de Munich y de verdad que es una cuidad bella, llena de callejones medievales. Además el ambiente navideño la hacía parecer más hermosa. Aquí en Birmingham había un mercado alemán, en donde se vendían artesanías, las tradicionales salchichas, vino caliente y cerveza. Pero estando en el lugar del origen de ese mercado, obviamente es más bello y con mucho más artesanías. Un día en dicha cuidad la verdad es que no es fue suficiente, pero lo que vimos estuvo bueno.
Llegando a Berlín, se siente otra vibra, obviamente las capitales siempre son más emocionantes, es en donde se puede apreciar más de la cultura, la gente.
Berlín es una cuidad impresionante, me gustó tanto, hay tanto que hacer, esta llena de cultura, de arte, de una vibra diferente a otros países en los que he estado. Me gustó su manera de ver el pasado, lo exponen, sin miedo, finalmente ya pasó. Visitamos la Alemania moderna y la vieja. Estuvimos en la Puerta de Brandemburgo, la vista hermosa desde el edificio de gobierno, caminamos por sus calles, por sus plazas, me hice una gran admiradora del metro, se nota que hay muchísima prosperidad, orden y a pesar de que la gente es media cuadrada, fue muy amable.
Pero indudablemente el Muro de Berlín me dejó una mezcla de sentimientos. Me gusta sentir como una construcción en el caso de otros lados que he visto te dejan una sensación de impresión, pero este es un simple muro, concreto, sin más. Sin embargo, se siente cierta tristeza y nostalgia, es obvio que toda la reconstrucción de Alemania gira en torno a un pasado complejo, finalmente en su momento tuvieron el poder de casi toda Europa y ahora a este paso de los años se ve renovada. Definitivamente me dejó ese sentimiento de saber que la historia es eso, historia. El pasado se muestra y se recuerda, pero se queda ahí solo para la posteridad. No sé si pueda transmitir el cúmulo de reflexiones y sensaciones. En definitiva me declaro gran admiradora de Alemania, me gustó como se ve la gente, la cuidad, cómo se mueve todo.
Entre los datos curiosos, nos dimos cuenta de que no todos los alemanes hablan inglés, no beben hasta morir y que las morenas reinamos sin lugar a dudas, ja!

1 comentario:

behappytoday dijo...

Hola Daniela! Que gusto darme un tiempo para leerte, deseo que tengas un excelente anho 2008 y que seas muy feliz, un fuerte abrazo sanador! Azu