Tengo muchas ganas de llamarle. Pero mi razón ya ha dominado
todo mi ser. Ahora si me domina y me
controla. No lo veo mal, la verdad es que siempre he tenido un corazón sensible
que normalmente domina todo lo que hago.
Es muy triste tener esta terrible incertidumbre que poco a
poco va tomando una respuesta a lo que ha sucedido. Lo analizo una mil veces y
me repito que ya no tienen razón de ser, se ha sufrido mucho, se ha esperado
mucho también y simplemente no supimos como encontrar el equilibrio. Además
todavía tengo coraje en el alma. Hasta que eso no se vaya, no se liberaran
otros sentimientos. Sin embargo me
despierto y a penas se conecta la conciencia ya está mi mente ocupada por el
mismo pensamiento, todo esto que ha sucedido, la tristeza de los recuerdos, los
sentimientos encontrado que no se van y la soledad. Me canso de darme ánimos
todos los días, de repetirme muchas veces que puedo lograr esto yo sola y como
un día hace muchos años me decía mi compañero de trabajo: “esto, sólo es un
tiempo y va a pasar”.
Este fin de semana ha
sido duro y me queda muy claro que tengo que hacer algo, salir, ver a gente,
distraerme, porque mientras me cocinaba algo de comer, no pude evitar las lágrimas y con ellas viene
la pregunta sin respuesta: ¿por qué me pasa esto ahora?
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