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miércoles, 5 de septiembre de 2007

En la cocina...

Mientras disfrutaba de unos momentos de paz en la cocina donde trabajo, pensaba en las vueltas que da la vida, pues nunca pensé que me fuera hacer cargo de una cocina profesional.
Siempre me ha gustado cocinar, a pesar de ser una actividad que requiere de tiempo y es muy laboriosa, quizá es por la opinión que tenía mi madre acerca de mi: siempre he sido de buen comer… y no exactamente por tener un paladar fino, sino porque disfruto mucho de la comida y por eso sé que algo que causa tanto placer es un pecado y de ahí que se le llame gula… Ahora que estamos en días de cambios, me dice mi jefa que a partir del domingo me hago cargo de la cocina por las mañanas pues ella se va de vacaciones quince días. No me queda más que poner atención a todo lo que ella recomienda, pues he aprendido a realizar cerca de quince guisados sencillos, algunas ensaladas, dos tipos de postres y todos los platillos de la carta de los domingos que son alrededor de veinte platillos diferentes… Realmente ha sido una tarea maratónica, pues no tan solo es aprenderse las recetas de memoria, sino la estética del platillo y además la decoración del mismo.
Hoy fue un día aburrido, pues los martes me hago cargo del buffet de las mañanas yo sola, pues es el día de descanso de mi jefa y también pensaba en que es más divertido cuando esta Denka, mi compañera eslovaca que al igual que yo, no sabe bien el idioma, pero se ha convertido en una buena compañera de los domingos, pues solo ella y yo sabemos que tan pesada es la jornada laboral y nos pasamos algunos consejos de cómo hacernos el trabajo más fácil. Además ella a tomado la decisión de probar y oler todas las cosas que hay en la cocina, así que nos hemos divertido como niñas probando y oliendo todas lo que hay en la despensa.
En fin… hay varias historias que se pueden contar acerca de la cocina y de cómo funciona, por lo pronto les puedo decir que hoy estuvo en silencio y eso es extraño, pues cuando nosotros vamos a un restaurante a comer, realmente no sabemos todo lo que pasa ahí dentro, hay gritos, estrés, preocupaciones, mucho ruido, hace mucho calor, los cocineros cantan, otros lavan, otros pican verdura, todo eso para ver una producción de seis o nueve platillos todos iguales o diferentes, perfectamente adornados y calientes, llamar al mesero y que el platillo llegue a nuestras manos, o bien, piensan en como ha cambiado la vida de un momento a otro, como yo en este día.

5 comentarios:

Alvaro dijo...

Buen blog.
Saludos.

Yo dijo...

Como me ha gustado esta crónica, ahora sí me puedo imaginar los vaivenes de la cocina, del desmadre al silencio, de la diversión al estrés absoluto. Está bien sincera y genuina.

Un beso.

Azúcar y Canela dijo...

desconozco el gusto por disney y sus peliculas pero por favor ve la última pelicula de la ratita...es excelente y creo que la disfrutarás mucho mucho

2deMacizAconTODO dijo...

Una de las tareas que recuerdo con dolor de las 2 veces que he trabajado en cocinas es lavar trastes. Disfruto cocinar, pero lavar trastes a nivel industrial es lo peor del mundo. Durante 3 meses mis manos estuvieron mojadas y heridas por cortadas, quemaduras y machucones. Supongo que eso no pasa en el primer mundo. Pero algo que hay que evitar en las cocinas profesionales es lavar trastes!!!

2deMacizAconTODO dijo...

Actividades que disfrutarás y odiarás trabajando en cocinas:
Amarás el olor de la comida recién hecha , pero odiarás lavar los trastes después que los clientes se lo comen, amarás probar cada platillo del menú como "onboarding", pero odiarás memorizar los menús por si algún cliente pregunta; amarás las pláticas interminables con la banda de la cocina, pero odiarás cuando deciden traer su grabadora y poner su música durante 8 horas de jornada laboral; Amarás el cheque de fin de mes, pero odiarás que a la hostess le den más dinero que a la cocinera.