El 30 de enero visitamos El Museo del Prado. Hace algunos años había leído un libro titulado Aquel Año en Madrid del que no recuerdo el autor, pero trata de un estudiante de Letras Hispánicas que toma un crucero que lo lleva a España y trabaja dando visitas guiadas dentro del Museo del Prado, en ese museo se enamora perdidamente de una mujer que persigue hasta Berlín quedando completamente cansado, pero enamorado para toda su vida, ella guardaba un secreto que no le permitía estar a su lado y años después él lo supo y decide escribir dicho libro. La intención de platicar esto, es porque nunca olvidé la descripción de cómo era el Prado y todo lo que se movía a su alrededor, de los turistas y los españoles y en algún momento soñé en aprenderme todo lo referente al museo y dar visitas guiadas ahí (hasta qué punto te puede influenciar un libro, obviamente también quería vivir en España, etcétera, etcétera). El punto es que ahora me di cuenta que dicho museo tiene una explicación clarísima del arte que se expone, ni el Museo del Louvre es tan claro en sus explicaciones, dan una idea exacta de cómo se debe de apreciar un pintura, destaca su valor artístico, su originalidad y el por qué fue valioso para su época. Disfruté mucho la visita al Museo del Prado, sobre todo, las pinturas de Goya son impresionantes, aunque no es el único también están: Velázquez, Murillo, El Greco, José de Ribera, entre otros.
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